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Ayer hablaba con mi amigo Fede de las palabras viejas que usábamos en nuestra infancia (al ejemplo: cuerva, coyotero, plomitos, etc.). Entre ellas me acordé de SOBACO, una palabra fea, cruda, violenta, una patada en los huevos, lo anti-romántico por excelencia.
Cualquier clima de seducción que hayas construido en una cita puede irse al carajo si en algún párrafo incluyes la palabra "sobaco". Te tira abajo todo, le cambia la cara a la mina, o te mira pero sabes que está como en otro lado, pensando algo feo o acordándose de alguna anecdota poco feliz que le haya tocado vivir relacionada al odorante tema.
En la charla cotidiana con amigos, el efecto es similar de devastador. Ojo, no hablo de "che, te abandonó un poco el Rexona". No no, yo digo el "Pufff, qué olor a sobaco que tienes, chango"...
Suena violento, suena escatológico. Decirle a alguien "che qué olor a sobaco que tienes" es definitivamente agresivo, es faltarle el respeto, es un golpe bajo del que sabes que el tipo no se podrá levantar facilmente.
Cómo te levantas después de un "che qué olor a sobaco que tienes"? Si le dices eso a alguien sabes que lo dejas desnudo, indefenso, a la interperie. No importa el tamaño del tipo, no importa el palmarés, la profesión, su nivel de aceptación social, su personalidad, su temperamento, nada. En ese momento es una juanita, una chinche, una hormiga, una vaquita de san antonio.
Ya me puse mal, tengo la cara como estar oliendo algo feo.
Es más, creo que me abandonó el Rexona. Me voya a pegar un baño, saludos.
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